¿Por qué el ejército estadounidense ha mostrado especial interés en el cólera, la malaria, la fiebre amarilla, las cucarachas y los mosquitos portadores de enfermedades en Perú y no ha hecho nada para contener estas enfermedades endémicas?
El NAMRU-South (Naval Medical Research Unit), una unidad militar del Departamento de Defensa de Estados Unidos, ha generado preocupación por sus estrechas alianzas con instituciones académicas en América Latina, particularmente en el campo de la investigación en salud pública. A simple vista, su misión es clara: investigar y mitigar enfermedades infecciosas que afectan tanto a la población civil como militar. Sin embargo, estas colaboraciones han desatado inquietudes sobre si hay una agenda oculta que trasciende los objetivos científicos.
NAMRU y su controvertida presencia
La base de NAMRU-South en Iquitos, Perú, ha sido objeto de escrutinio debido a su ubicación estratégica en la Amazonía y la naturaleza de sus actividades. El permiso del Congreso y el Poder Ejecutivo del Perú para que personal militar estadounidense armado ingrese al país entre junio y diciembre de 2023 ha intensificado las sospechas. Esto ha llevado a muchos a preguntarse si esta presencia militar está realmente motivada por temas de salud pública, o si responde a intereses geopolíticos.
Vínculos académicos cuestionables
NAMRU-South ha establecido vínculos con diversas universidades de América Latina, entre ellas la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) en Perú. Aunque estas colaboraciones han permitido avances en la investigación de enfermedades tropicales como el dengue y la malaria, surgen interrogantes sobre el interés de una unidad militar extranjera en estudiar patologías locales. ¿Es esta investigación puramente científica, o existe un trasfondo estratégico que no se revela a simple vista? ¿Es solo ciencia, o hay algo más detrás?
El apoyo externo en temas de salud pública es valioso, pero que provenga de una entidad militar como NAMRU, bajo la supervisión del Pentágono, genera desconfianza. Las universidades peruanas involucradas en estas investigaciones han logrado avances significativos en el estudio de enfermedades tropicales, pero el trasfondo militar de la unidad estadounidense sigue siendo motivo de preocupación.
El modelo de colaboración de NAMRU no es exclusivo de Perú. En Brasil, han trabajado con la Universidad de Cartagena en estudios sobre enfermedades infecciosas, y en Honduras, las investigaciones se han centrado en fortalecer la capacidad local para enfrentar desafíos de salud pública. En Colombia, los estudios han girado en torno a enfermedades como la malaria y el dengue, áreas en las que NAMRU ha concentrado su trabajo.
A nivel global, el NAMRU también ha establecido colaboraciones en países del sudeste asiático y África, con un enfoque particular en la investigación de enfermedades infecciosas y la resistencia a antibióticos. Si bien estas alianzas científicas parecen beneficiosas a primera vista, el trasfondo militar y las inquietudes sobre la recopilación de datos sensibles en territorios extranjeros no pueden ser descartadas tan fácilmente.
NAMRU no limita sus alianzas a Perú. En Brasil, ha colaborado con la Universidad de Cartagena en investigaciones de enfermedades infecciosas. En Honduras, ha trabajado para mejorar la capacidad local frente a los desafíos de salud pública, y en Colombia, ha enfocado sus esfuerzos en la malaria y el dengue.
A nivel global, la unidad ha establecido colaboraciones similares en el sudeste asiático y África, enfocándose en enfermedades infecciosas y la resistencia a antibióticos. Aunque estas iniciativas parecen beneficiosas para la salud pública, el carácter militar de la unidad y las preocupaciones sobre la recopilación de datos en territorios extranjeros no pueden ser ignorados.
Un llamado a la transparencia y la rendición de cuentas
Es esencial que las universidades latinoamericanas involucradas en estas alianzas exijan mayor transparencia y rendición de cuentas. El conocimiento científico generado a través de estas colaboraciones debe ser utilizado exclusivamente para fines declarados y no debe servir como herramienta de vigilancia o inteligencia.
En un contexto global donde las fronteras entre la ciencia y la seguridad se difuminan, la relación entre NAMRU-South y las universidades latinoamericanas requiere una evaluación cuidadosa. Lo que está en juego no es solo el avance de la salud pública, sino también la soberanía y autonomía de los países involucrados.
Las alianzas de NAMRU-South con instituciones académicas en América Latina representan un área que necesita mayor vigilancia. Las universidades tienen la responsabilidad de proteger la integridad de sus investigaciones y de asegurar que su colaboración con entidades extranjeras no comprometa la autonomía nacional. La ciencia debe ser una herramienta para el bien común, sin que se utilice para fines estratégicos o militares encubiertos.